Este es Blas, el as de la rehabilitación animal
El granjero consigue salvar a la vaca Paca, atrapada y herida en una verja.
Nos encontramos en la alocada y empinada sierra de Montepinitos, en la cordillera catalana en donde el pasado viernes diecinueve de febrero sucedieron unos hechos insólitos, pues con la blanca y espesa nieve cuajada se hacía imposible la entrada de cualquier vehículo.
Este veinte de enero el ganadero Juanito Aberroncho subió Montepinitos a ver a su ganado al recinto de la montaña donde tenía toros, vacas y ovejas pastando, además de gallinas en una especie de corral de madera que él montó.
Cuando nuestro amigo llegó al lugar, vió a la vaca Paca mugiendo, enganchada en la alambrada que desemboca en un terraplén debido a que al intentar jugar con la nieve se escurrió y casi cae por el acantilado. Sus grandes ojos azules claros, abiertos como platos le hicieron correr a socorrer a su querida vaca (a pesar de su espalda ancha y su barriga), quien le miraba desesperada, pues no podía escapar, ya que con el hielo se escurría y se espatarraba.
Primero llamó a los servicios de emergencia, y acto seguido, Juanito llamó a su primo Blas: -¡Has de venir a prisa, Blas!- dijo con la voz entrecortada. Blas, respondió alarmado: ¡Vaya!¡Subo ahora mismo! Acto seguido cogió su alcohol para limpiar heridas, y tuvo una brillante idea: subió con el tractor a las frías cumbres nevadas y llevó consigo la baca con un colchón atado, para transportal al hospital al animal.
Cuando llego al lugar, desenganchó a la pobre vaca Paca de la valla, y después de limpiar las heridas le ató un trapo a modo de torniquete, colocó a la vaca de lado en el colchón, la sujetó bien con unas cintas, y la bajó al pueblo donde esperaban las ambulancias.
A día de hoy la vaca Paca vuelve a corretear por Montepinitos, ¡Acto heroico de Blas!